"No Lo Recuerdo" Por Francis Frangipane
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¡Cuan poco comprendemos acerca de la eternal redención! ¿Cuantas veces nos perdonara Dios? Si realmente ha usted establecido su Corazón en seguirlo a Él, El cancelara sus pecados con tanta frecuencia como usted se lo pida. ¿Lo perdonará del peor pecado en el cual pueda usted pensar? ¡Si! Puede que tenga usted que vivir con las consecuencias de su fechoría, pero el poder redentor de Dios es tal que, aun en su pecado, hay muchas cosas de valor a ser reclamadas. En cuanto al pecado mismo, si profunda y sinceramente se arrepiente usted de él, no solo lo perdonara Dios, El lo hará volar de Su memoria.
Permítame compartir una experiencia. Un cierto hombre de Dios había sido dotado con el don de revelación dentro de la vida de las personas. Durante un servicio a la noche les ministro a un pastor Presbiteriano y a su esposa. A través del don del Espíritu Santo, el revelo el pasado de la pareja, descubrió su situación presente y les compartió luego lo que iba a ocurrir. Esta obra de Dios impresiono de gran manera a la pareja, y al cumplirse las profecías, un mes más tarde el ministro Presbiteriano trajo otros dos pastores, cada uno con su esposa, a otro servicio para ministración personal.
La palabra de conocimiento fue excepcional esa noche, y el segundo ministro y su esposa se maravillaron de la exactitud y verdad en la palabra profética. La tercer pareja se adelanto para ser ministrada y una vez más la palabra de conocimiento estuvo presente. El profeta hablo al esposo, revelando su pasado, presente y revelación respecto a su futuro. Entonces el hombre de Dios se volvió hacia la esposa del tercer ministro. Al comenzar a hablarle sobre el pasado, de pronto se detuvo. “Hubo un pecado muy serio en su pasado.” La mujer, pareciendo con el mayor de los miedos sobre ella, palideció y cerró sus ojos. La congregación se acerco y se movió hacia el límite de sus asientos...
El profeta continuo, "Y le pregunte al Señor, '¿Cual fue este pecado que ella cometió?' Y el Señor respondió, 'No lo recuerdo!'"
El Señor había sido fiel a Su promesa: " Y no recordare tus pecados" (Isa. 43:25). A pesar que la esposa del ministro había pedido muchas veces ser limpiada, aun no podía ella creer la profundidad del perdón de Dios. Cristo había puesto su pecado en la profundidad del mar de Su olvidar. Él lo ha quitado “ como esta de lejos el oriente del occidente." (Salmo 103:12). De ningún otro lado más que desde la cárcel de su propia mente, su pecado había sido pagado y quitado. Y ahora, en Su gran misericordia, ¡El lo removió también de allí!
Oh, qué pesos cargamos, cuanta culpa y limitaciones nos rodean por no aceptar el total y perfecto perdón de Dios. En Isaías leemos, "Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordare tus pecados" (Isa. 43:25).
Cuán grande es el Dios que servimos. Cuan maravilloso es Su amor hacia nosotros. ¡El es nuestro Redentor! ¡Nuestro Salvador! Si está usted dispuesto a perdonar a otros y lo hará pero le pide a El que lo perdone a usted, El perdonara sus deudas tantas veces como usted contritamente se vuelva a Él. El promete que no recordara sus pecados.
Permítame compartir una experiencia. Un cierto hombre de Dios había sido dotado con el don de revelación dentro de la vida de las personas. Durante un servicio a la noche les ministro a un pastor Presbiteriano y a su esposa. A través del don del Espíritu Santo, el revelo el pasado de la pareja, descubrió su situación presente y les compartió luego lo que iba a ocurrir. Esta obra de Dios impresiono de gran manera a la pareja, y al cumplirse las profecías, un mes más tarde el ministro Presbiteriano trajo otros dos pastores, cada uno con su esposa, a otro servicio para ministración personal.
La palabra de conocimiento fue excepcional esa noche, y el segundo ministro y su esposa se maravillaron de la exactitud y verdad en la palabra profética. La tercer pareja se adelanto para ser ministrada y una vez más la palabra de conocimiento estuvo presente. El profeta hablo al esposo, revelando su pasado, presente y revelación respecto a su futuro. Entonces el hombre de Dios se volvió hacia la esposa del tercer ministro. Al comenzar a hablarle sobre el pasado, de pronto se detuvo. “Hubo un pecado muy serio en su pasado.” La mujer, pareciendo con el mayor de los miedos sobre ella, palideció y cerró sus ojos. La congregación se acerco y se movió hacia el límite de sus asientos...
El profeta continuo, "Y le pregunte al Señor, '¿Cual fue este pecado que ella cometió?' Y el Señor respondió, 'No lo recuerdo!'"
El Señor había sido fiel a Su promesa: " Y no recordare tus pecados" (Isa. 43:25). A pesar que la esposa del ministro había pedido muchas veces ser limpiada, aun no podía ella creer la profundidad del perdón de Dios. Cristo había puesto su pecado en la profundidad del mar de Su olvidar. Él lo ha quitado “ como esta de lejos el oriente del occidente." (Salmo 103:12). De ningún otro lado más que desde la cárcel de su propia mente, su pecado había sido pagado y quitado. Y ahora, en Su gran misericordia, ¡El lo removió también de allí!
Oh, qué pesos cargamos, cuanta culpa y limitaciones nos rodean por no aceptar el total y perfecto perdón de Dios. En Isaías leemos, "Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordare tus pecados" (Isa. 43:25).
Cuán grande es el Dios que servimos. Cuan maravilloso es Su amor hacia nosotros. ¡El es nuestro Redentor! ¡Nuestro Salvador! Si está usted dispuesto a perdonar a otros y lo hará pero le pide a El que lo perdone a usted, El perdonara sus deudas tantas veces como usted contritamente se vuelva a Él. El promete que no recordara sus pecados.
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